La lluvia nos perseguía desde que amanecimos en Italia. Habíamos salido otra vez muy tarde secando la tienda. Con tan pocas horas para poder conducir antes del anochecer, sabíamos que no llegaríamos a Venecia. Hicimos una de nuestras paradas estratégicas en un McDonald para pillar Internet y ver donde dormir. Estábamos a las afueras de Mantova, en un centro comercial pegado a la autovía. Al mirar a nuestro alrededor vimos un Decathlon con una variada exposición de tiendas de campañas en una verde pradera. ¿Por qué no quedarnos allí?

No había parado de llover y montar nuestra tienda y secarla como el día anterior se nos antojaba un poco engorroso. La mayoría de las cosas que hemos comprado para el viaje son del Decathlon. Consideramos que ya era hora de que ellos tuvieran algún tipo de detalle a modo de fidelización por el dineral invertido. Además no hacíamos daño a nadie, solo estamos testando la calidad de sus productos… Aún había mucha gente entrando y saliendo en los distintos comercios. Nos quedamos en el coche donde llegaba la cobertura Wifi.
Cuando se aletargó el ambiente, salimos a explorar las diferentes tiendas. Localizamos una cámara de seguridad que nos podía ver, decidimos irnos a la más lejana. Cogimos lo mínimo para dormir, había que ser discretos, o todo lo que se pudiera, con Meko no iba a ser muy fácil. Aunque sólo habíamos visto un guardia patrullando el recinto, estábamos un poco intranquilos. Corrimos como locos y conseguimos abrir la tienda sin montar un escandalo.
La tienda era enorme comparada con la nuestra. Al principio cualquier ruido o coche que escuchábamos, pensábamos que venían hacia nosotros, que nos habían pillado y nos iban a sacar los colores. Rápidamente nos quedamos dormidos y pudimos dormir plácidamente el resto de la noche. Nos levantamos a las 7.00 de la mañana antes de que volviera la actividad comercial.

Corrimos hasta el coche para dejar nuestras cosas y entramos al McDonald para tomamos un café y espabilarnos. Al regresar al coche vimos al guardia de seguridad frente a la que fue nuestra habitación esa noche. Estaba desconcertado, como buscando algo. Ya no nos encontraría. Nos fuimos de allí lo más rápido posible porque nos habían descubierto al salir. Por cierto, tienen buenas tiendas, no paró de llover en toda la noche y no nos entró ni una sola gota.

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