Habían sido 3 inolvidables días en Kashmir, viviendo en un barco en Srinagar y navegando en el lago Dal. Increíblemente nos levantamos temprano y para antes de las 9 estábamos ya en la carretera. Realmente tiene sus ventajas. Casi todos los jeeps y autobuses salen a la misma hora, pero como van haciendo paradas para soltar y recoger personas por el camino, los adelantamos rápido y disfrutamos de una carretera con relativamente poco trafico.

El día estaba nublado de vez en cuando chispeaba, pero íbamos mucho mas deprisa que a la ida. Pero una vez mas el ejercito hizo de las suyas, unos 10 camiones gigantes, de los que no van a mas de 30km/h, salieron de un cuartel. Al ser de los primeros los adelantamos rápidamente.

Los soldados de los camiones se dedicaban a tirarles pan a los monos. Por lo cual estaban bastante agitados. Vimos incluso alguno peleándose por la comida. Paramos unas cuantas veces a pasear a Meko. Volvíamos rápido al coche para evitar que el convoy militar nos adelantase.

Además íbamos motivados por el hambre, o mas bien gula de comer en un McDonald’s. En Jammu lo teníamos controlado, habíamos visto un cartel con la famosa M gigante desde la ventana del hotel. Pero no éramos los únicos en pensar en comida. Los monos seguían dándose el festín.

A las 5 ya estábamos en Jammu de nuevo. Sabíamos llegar al hotel y fuimos directos. Lauranne sigue insistiendo que la habitación parece de un puticlub. Pero no queríamos buscar otro, la vez anterior nos costo mucho encontrar uno con Internet. Aparcamos hicimos el checking y nos fuimos corriendo a comer. Hacia mas de 4 meses que no comíamos comida basura. La echábamos tanto de menos que repetimos. Nos sentíamos unos “gordos”, como cariñosamente nos llamamos entre nosotros tras inflarnos de comer.
Anterior 44ª Etapa Jammu – Srinagar
Next Stop: 46ª Etapa